Higiene Facial
Introducción al tratamiento
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La higiene facial es un procedimiento básico y esencial para mantener la piel limpia, fresca y saludable. Consiste en la eliminación profunda de impurezas, células muertas, exceso de sebo y puntos negros, promoviendo un rostro luminoso y equilibrado. Es ideal para preparar la piel antes de otros tratamientos y mantener su buen estado, ayudando a prevenir brotes y mejorar la apariencia general.
¿En qué consiste?
Se realiza una limpieza profunda mediante desmaquillado, exfoliación suave, extracción manual o con herramientas de puntos negros, aplicación de mascarillas específicas y finalización con hidratación y protección. El proceso se adapta al tipo de piel de cada persona.
Beneficios
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Limpieza profunda y eliminación de impurezas.
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Previene y reduce puntos negros y brotes.
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Mejora la textura y luminosidad de la piel.
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Prepara la piel para tratamientos posteriores.
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Sensación de frescura y bienestar facial.
¿Para quién está indicado?
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Todo tipo de piel, especialmente piel grasa o con impurezas.
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Personas que desean mantener la piel limpia y sana.
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Pacientes con tendencia a puntos negros o acné leve.
Duración y sesiones
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Duración: 45-60 minutos.
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Número de sesiones: recomendadas cada 1-2 meses.
Antes y después
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Antes: piel con impurezas, puntos negros y aspecto opaco.
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Después: piel limpia, fresca, luminosa y equilibrada.
Preguntas frecuentes (FAQ)
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¿Duele la limpieza facial?
No, es un procedimiento confortable. -
¿Cada cuánto se debe hacer?
Cada 1-2 meses según el tipo de piel. -
¿Se puede combinar con otros tratamientos?
Sí, como mascarillas o peelings suaves. -
¿Es apto para pieles sensibles?
Sí, adaptando los productos. -
¿Se notan resultados inmediatos?
Sí, la piel queda limpia y radiante.
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